
La energía Kundalini es la fuerza primordial, nuestra energía vital con todo su poder creativo y transformador que reside en la base de nuestra columna vertebral y que tenemos adormecida. Kundalini se representa como una serpiente que puede ascender rodeando la columna vertebral y liberando nuestro poder creativo, permitiéndonos trascender las limitaciones físicas y facilitándonos el contacto con ‘lo superior’ a nosotros (sea el entorno, la naturaleza, la fuerza vital, el cosmos o el concepto espiritual que sostenga nuestra creencia).
Las prácticas de yoga KUNDALINI están orientadas a liberar esta energía y canalizarla para conectar con todo su potencial reparador, liberador, sanador y transformador.
El concepto de energia KUNDALINI es un concepto tradicional en la filosofía del yoga, sin embargo, la práctica actual de esta disciplina es una adaptación o una ‘versión’ de ciertas posturas, respiraciones y mantras que adaptó para su enseñanza en Occidente el controvertido YOGUI BHAJAN, con el objetivo de desbloquear nuestro cuerpo y mente. Por tanto, aunque cada estilo de yoga ofrece ‘su verdad’, es importante tener en cuenta de que cada maestro contemporáneo ha ido encontrando ‘su fórmula’ para acercarnos a ese estado de unión (mente – cuerpo – espíritu) que es el YOGA.
El linaje que ha dado forma a esta práctica sigue una estética y ritual muy marcado: ropa blanca, quizás un turbante, prácticas de mantras o sonidos repetidos que evocan y liberan la vibración energética…
Se practican series de asanas acompañadas de unas pautas de respiración muy concretas (pranayamas), con los que se genera movimiento energético que se canaliza y potencia a través de los cierres energéticos o ‘bhandas’.
Como cualquier actividad de enfocar nuestra atención y conectar con el poder de la respiración y el movimiento, el YOGA KUNDALINI puede tener un impacto poderoso en nuestro estado físico, mental, espiritual y de consciencia.
Mi experiencia y recomendación
Mi recomendación es buscar un instructor que, además de contar con un conocimiento profundo de su técnica, haya experimentado su práctica durante tiempo y pueda ayudarte a gestionar las resistencias que pueden surgir al acercarte por primera vez a Yoga Kundalini: pueden ser resistencias físicas (algunas de las asanas repetidas pueden resultar bruscas si no se realiza un calentamiento progresivo o no se adaptan a la condición física de cada persona), pueden ser racionales (al no conectar fácilmente con conceptos menos tangibles como “energía”, “chakras”, “iluminación”), o emocionales (el movimiento energético en el que está implicado el cuerpo, la respiración y las retenciones de aire pueden ocasionar liberación emocional y reacciones no esperadas que requieren de un acompañamiento informado para que tu experiencia no resulte perturbadora.
De entrada, mi postura ante cualquier práctica “de autor” es siempre de alerta y atención, rechazando el componente “único” de lo que se enseña como “la verdad” o “lo adecuado”, y quedándome con la esencia y el conocimiento de una tradición que ha ido evolucionando, adaptándose, y llegando a nuestros días con aportaciones de cada linaje y manteniendo elementos que trascienden lo que cada maestro ha considerado suyo.
Yo he encontrado en la práctica de Kundalini una ocasión puntual (por ahora) de experimentar el poder energético que todos tenemos cuando “bajamos el volumen” a la mente racional y nos dejamos conectar con otra anatomía y otra forma de percibir nuestra presencia lejos de procesos cognitivos. La práctica de KUNDALINI me permite profundizar, durante un espacio de tiempo, en una realidad que está presente pero oculta pero cuyo impacto se manifiesta en mi forma de estar en el mundo, de sentir, de experimentar mis emociones.
En mi caso, la razón de experimentar una buena sesión de KUNDALINI tiene que ver con encontrar a la persona adecuada para su guía: en mi estudio de yoga tenemos la suerte de contar, de vez en cuando, con la visita de Julia Gabor, de nacionalidad húngara y practicante de yoga KUNDALINI desde hace más de 12 años. Es profesora de Kundalini Yoga Nivel 1 y Nivel 2 (titulada por AEKY, KRI e IKYTA), profesora de Kundalini Yoga especializada en la Mente y la Humanología aplicadas al Liderazgo y al Éxito (titulada por KRI, IKYTA, Yoga Alliance International y Waldzell Leadership). Su formación empezó en Barcelona y continuó en Madrid, Budapest, Roma, Ljubljana, Milan, Verona y Stuttgart.
Julia imparte clases desde diferentes lugares del mundo, a través de ZOOM y con la posibilidad de acercarse a sus clases sin límites geográficos. Para contactar con JULIA y poder practicar con ella gracias a su oferta de clases online que ella misma gestiona, podéis escribirle a este email: julia.gabor@gmail.com . En la temporada 3 del podcast pude entrevistarla para que nos explicase algo más sobre su experiencia (os dejo aquí el enlace)
El momento adecuado
Creo que cualquier práctica de autoconocimiento basado en conectar con nuestra anatomía sutil nos brinda la oportunidad de abrir una puerta especial de conexión con esa otra dimensión que tenemos dormida. Quizás la mejor forma de acercarse a este tipo de yoga sea dejando a un lado expectativas y juicios, y dándonos permiso para habitar durante un tiempo ese lugar que es solo nuestro y al que tenemos difícil acceso cuando nos dejamos llevar por las distracciones e imperativos del día a día.
No tiene por qué gustarte. Ni tiene por qué ser una práctica para ti. O, incluso, no tiene por qué ser AHORA el momento adecuado para experimentar sus beneficios. Quizás hay momentos en los que algo nos despierta y descubrimos una oportunidad de sanar o crecer, y conectar con ese momento adecuado es un arte que viene de escucharse y no imponerse ningún resultado.
Practicar KUNDALINI YOGA nos puede ayudar a mejorar la salud de nuestra espalda, equilibrar el sistema nervioso, hormonal y metabólico, incrementar nuestra energía cuando así lo necesitamos y encauzarla para aliviar el estrés y la ansiedad. Pero más allá de sus ventajas más evidentes sobre nuestra salud física y emocional, la práctica de este estilo de yoga consigue que avancemos en nuestra transformación y desarrollo personal, encontrando el camino para conectar con nuestro equilibrio energético.